lunes, 23 de marzo de 2015

CUENTO

Hola, aquí os dejo un cuento, que he hecho yo y espero que os guste:


Había una vez un abuelo que vivía en una casa, pero no una casa cualquiera sino una casa viva. Un día, unos niños que jugaban al béisbol, se les colgó la pelota rompiendo el cristal. Enseguida el abuelo,salió por la enorme puerta que chirriaba. Salió de lo más enfadado y con la pelota en la mano, entonces los niños empezaron a pedirle perdón y le pidieron que les devolviera la pelota entonces el abuelo dijo que no con un tono de lo más grosero. Cuando se fueron de repente vieron que caía una gota de agua de la ventana rota y se escuchaba decir al abuelo dentro de ella:


-Tranquila cariño no pasa nada es una pequeña herida no llores.


Entonces, los niños se pensaron que la mujer del abuelo estaba sentada al lado de la ventana y le había dado y por eso vieron esa gota de agua, pero cuando volvieron a mirar vieron que la casa tosía. Los niños llegaron a su casa y se lo contaron a sus madres pero no les creían, esa misma noche habían quedado para ver si la casa estaba viva de verdad o habían sido alucinaciones. A las 12:30 los dos amigos se levantaron y fueron a investigar, cuando llegaron, vieron que la casa bostezaba pero no lo grabaron a tiempo. Cojieron la camara esperaron a que volviera a abrir la puerta osea la boca para colarse dentro de ella. Una vez dentro la enorme alfombra roja se movía como la lengua entonces era más difícil porque si la alfombra, lengua les tocara la casa se despertaría y con ella el abuelo. Fueron con muchísimo sigilo subiendo las escaleras, hasta llegar a la habitación del abuelo ahí se dieron cuenta de que estaba en la mesilla de al lado de la ventana que estaba rota por suerte cojieron un trozo de cristal y pegamento, se pusieron a arreglar la venta rota con mucho cuidado, pero para cuando se dieron cuenta era de día se dieron prisa y lo acabaron. El abuelo se despertó y vio a los niños y se enfado pero cuando vio la ventana, ojo de la casa se alegro, se levanto de la cama y se puso a abrazar a los niños y a la casa. Le devolvió la pelota a los niños y el se hicieron amigos. Ahora el abuelo, ya no está solo y los niños, tienen con quien jugar.
 

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